Los residuos sanitarios son, según el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, todos los residuos producidos por centros sanitarios o veterinarios. Además, se incluyen en esta categoría los envases, que los contengan o los hayan contenido. Es decir, que incluso un envase por el que haya pasado por algún tipo de centro sanitario, aunque esté vacío, se considera residuo sanitario. No parece difícil comprender entonces esta definición. Sin embargo, los residuos sanitarios tienen algunas peculiaridades en lo que respecta a su tratamiento.
Tipos de residuos sanitarios
Cuando hablamos de estos deshechos, encontramos que hay una amplia clasificación para los mismos, que recoge el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST):
Residuos sanitarios asimilables a residuos municipales o de tipo I
Esta tipología incluye a todos aquellos residuos que provienen de centros sanitarios pero que no requieren ningún tipo de exigencia especial para su tratamiento y gestión. Es decir, se trata de residuos relativamente comunes que, sin embargo, provienen de centros sanitarios, por lo que se catalogan como tal. Aquí se incluye el cartón y papel procedente de oficinas y despachos, cocinas y cafeterías de centros hospitalarios, talleres, jardinería o, incluso, pacientes no infecciosos.
Residuos sanitarios no específicos o de tipo II
Este tipo de residuos ya requiere de un tratamiento concreto para su gestión, debido a que incluye desechos como materiales de curas, yesos de escayolas, ropa o material que puede estar contaminado con sangre y/o secreciones o excreciones.
Residuos sanitarios específicos o de riesgo o tipo III
Este tipo de residuos requieren una mayor atención a la hora de recogerlos, manipularlos, almacenarlos, transportarlos y eliminarlos. Esto se debe a que pueden suponer un riesgo para la salud pública. Aquí se engloban algunos como:
- Residuos sanitarios o infecciosos: Son todos aquellos que tienen la capacidad potencial de transmitir algún tipo de enfermedad.
- Residuos anatómicos: Son restos, cualesquiera, de personas que, además, puedan ser reconocidos como tales. Es decir, que sea posible su identificación.
- Sangre y hemoderivados en forma líquida: Recipientes que contienen sangre, pero también cualquier otro líquido biológico.
- Agujas y material punzante y cortante: Cualquier resto cortante o punzante derivado de la actividad médica, como pueda ser una aguja, una sierra o un bisturí.
- Vacunas vivas y atenuadas: Como indica su propio nombre, se trata de vacunas que contienen un agente infeccioso, bien sea activo o dormido, es decir, en estado atenuado.
Como vemos, algunos de estos desechos pueden suponer, en efecto, un riesgo para la salud de los trabajadores que los manipulan, así como de la ciudadanía en general si no son correctamente eliminados.
Residuos tipificados en normativas singulares o de tipo IV
Se trata de los residuos más peligrosos y que están sujetos a un tratamiento muy específico y especial dada su naturaleza. Estos residuos sanitarios puede suponer un riesgo para la salud pública o, incluso, para el medioambiente:
- Residuos ciostáticos: Se trata de material contaminado químicamente que requiere de un recipiente especial para su contención.
- Restos de sustancias químicas: En este caso, hablamos de sustancias químicas como tal.
- Medicamentos caducados: Es peligroso no eliminar correctamente este tipo de medicamentos que pueden ser muy perjudiciales para la salud si llegan a ser consumidos.
- Aceites minerales y sintéticos: Contaminantes para aguas, ríos y mares.
- Residuos con metales: Este tipo de restos son muy contaminantes, sobre todo para las aguas.
- Residuos radiactivos: Residuos que aún muestran radiactividad y que pueden suponer un riesgo para la salud pública.
- Restos anatómicos humanos: Se trata de restos provenientes directamente de cuerpos humanos.
Riesgos de los residuos sanitarios
Como hemos podido ver en la tipología, no es difícil entender por qué este tipo de residuos puede ser peligrosos y suponer un riesgo. De ahí que estén sujetos a una normativa especial para todos los pasos que preceden a su eliminación. Algunos de sus riesgos asociados pueden ser:
- Posibles contagios de enfermedades infecciosas
- Heridas durante su manipulación
- Problemas ambientales si no se eliminan correctamente
¿Cómo se gestionan?
En efecto, la gestión de los residuos sanitarios es muy delicada y debe hacerse con especial precaución. Sus pasos, en general, a la hora de manipularlos, suelen ser los siguientes:
- Clasificación en origen
- Recolección
- Almacenamiento
- Transporte
- Tratamiento y eliminación
En conclusión…
Los residuos sanitarios representan un tipo de desechos que ponen a prueba la profesionalidad de una empresa de gestión, debido a que requieren de un protocolo especial y mucha atención al detalle.
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