Durante la expansión urbanística de los años 60, 70 y 80 del siglo anterior el fibrocemento fue un material muy utilizado debido a su ligereza y su bajo precio. Desde el 7 de diciembre de 2001 el uso y la fabricación de materiales con fibrocemento está prohibido por ley en España y en la Unión Europea. Aun así, se calcula que bajo el suelo existen unos 40.000 kilómetros de tuberías realizadas en este material, las cuales cada vez están más deterioradas ya que su antigüedad es superior a los 40 años.

Los mayores problemas vienen con la retirada y la manipulación de las mismas, en este proceso el fibrocemento desprende partículas de amianto que está comprobado que son cancerígenas, por lo que hay que seguir unas estrictas medidas de seguridad. Por lo tanto, se debe realizar por una empresa especializada e inscrita en el RERA (Registro de Empresas con Riesgo de Amianto).

Estas tuberías al igual que ocurre con los depósitos de agua con amianto no constituyen un problema siempre que se encuentren en buen estado, pero como hemos indicado la mayor parte de estas tuberías tienen más de 40 años y están deterioradas. Hay estudios recientes que indican que el desgaste del material después de 40 años reduce el tamaño de la tubería en 8mm y con ello las fibras de amianto se encuentra en contacto con el agua que circula por ella.  Aunque hay fuentes oficiales que relacionan el consumo de agua con restos de amianto con efectos cancerígenos no hay estudios que muestren evidencias claras de estos efectos.

Como hemos indicado anteriormente la retirada de estas tuberías debe realizarse por una empresa especializada e inscrita en la RERA. Esta empresa nos garantizará una retirada de las tuberías siguiendo las medidas de seguridad establecidas para estos residuos en el Real Decreto 105/2008 de Residuos de Construcción y Demolición. Para ello elaborarán un “plan de desamiantado” donde se incluirán las medidas de seguridad, delimitación de las zonas de trabajo, señalización y medidas de protección para los trabajadores, etc.

Estas empresas no sólo retiran la tubería, sino que la empaquetan para que no se emitan fibras de amianto durante su transporte y limpian la zona para que no quede ningún resto de amianto. El transporte se realizará con las medidas de seguridad y prevención que se indican en Real Decreto 105/2008, será un transporte autorizado y estará identificado para ello con toda su documentación en regla. Las tuberías serán finalmente depositadas en vertederos residuos peligrosos que tengan autorizados un deposito específico para residuos de estas características.

Desde Viso Desamianta garantizamos una correcta retirada y gestión de las tuberías de fibrocemento (RERA nº 37/026), siendo la única empresa de Salamanca autorizada para ello. Además, dispone de un centro de almacenamiento temporal de este tipo de residuos.